Nuestro fundador

Juan Bautista De La Salle vivió en un mundo totalmente diferente al nuestro, como primogénito de una familia francesa del siglo XVII, habiendo nacido en Reims el 31 de abril de 1651, recibió la tonsura a la edad de 11 años y fue nombrado canónigo de la Catedral de Reims a los 16 años.

San Juan Bautista

Cuando murieron sus padres tuvo que encargarse de la administración de los bienes de la familia, terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de doctor en teología.  En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza, como campesinos y obreros, en consecuencia, la mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían «tan alejados de la salvación» en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, «a menudo abandonados a sí mismos y sin educación».

Cuando murieron sus padres tuvo que encargarse de la administración de los bienes de la familia, terminados sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de doctor en teología.  En aquella época, sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza, como campesinos y obreros, en consecuencia, la mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro. Conmovido por la situación de estos pobres que parecían «tan alejados de la salvación» en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, «a menudo abandonados a sí mismos y sin educación».

Extenuado por una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció en San Yon, cerca de Rouen, en 1719, sólo unas semanas antes de cumplir 68 años. En 1900 fue declarado Santo y en 1950, a causa de su vida y obra, recibió el título de Patrono de los educadores. Cada 15 de mayo se celebra la fiesta del maestro en honor a San Juan Bautista De La Salle por su labor educativa.

 

 

La espiritualidad lasallista hoy

Los “pobres” tienen hoy muchos rostros. La espiritualidad lasallista llama a comunicar el amor de Dios, la Buena Noticia y a defender a los necesitados, especialmente en el ámbito de la educación. “Son muchos los niños que tienen mala o nula educación por causa de la pobreza, las guerras, los procesos migratorios, la marginación social, las epidemias, la imposibilidad de acceso a las nuevas tecnologías, los conflictos internos, la segregación racial o de género, el embarazo adolescente, el trabajo infantil y otras formas de exclusión”. Es nuestro deber y privilegio educar a quienes están en situación de vulnerabilidad, a quienes viven en la pobreza o en los márgenes, trayéndolos a nuestro entorno y permitiéndoles perseguir su dignidad y su plena madurez como hijos de Dios. La misión lasallista es una expresión de la “opción preferencial por los pobres” en el mundo de la educación.

Las enseñanzas del Hermano y de los Colaboradores, su vida y misión, su opción por los pobres y excluidos, sus valores y prioridades interiorizados, sus encuentros generadores de vida y su dedicación a hacer avanzar la causa del reino de Dios hasta sus últimas consecuencias, son la base de una espiritualidad del seguimiento de Jesús. Es una forma particular de relacionarse con Dios Padre y de dejarse movilizar por el Espíritu Santo. Es este Evangelio, esta “Buena Noticia”, la que motiva, dinamiza y define la comprensión y expresión cristiana del carisma original de La Salle.