Lenguas Nativas

Favicon

Salgo en dirección al gimnasio. En el carro no me dedico aún si ir o no al curso, prefiero cumplir mi rutina de ejercicios en el gimnasio. Además la clase termina tres horas más tarde. 9:00 p.m. es tarde. Debatiéndome, justo antes de salir del carro con el atuendo deportivo, pensando incluso de hacer un poco de ejercicio y salir luego a clase, me vence el deseo de aprender una lengua nativa, después de tantos años de habérmelo prometido. Habiéndole informado a Johnmar, me devuelvo al Centro de idiomas, justo a tiempo para iniciar la primera clase. Como buen profesor y estudiante de otras lenguas sé que la primera sesión es decisiva. La clase inició tarde y dudo de mi decisión.

Edney Samias Da Cunha, el profesor llegó hablando un poco portugués un poco Cocama. Somos pocos en el salón. Allí están Rocío, dos jóvenes señoritas (más tarde me entero que son cocamas), una profesora blanca, un joven adulto blanco y luego se unen dos hombres (también cocamas, según nos comentan durante la sesión). Rocío nos da un cuaderno y un lapicero a cada uno y empieza la clase.

El profesor, patriarca cocama, oriundo de Brasil, nos habla en Cocama directamente. Señala una botella con un líquido, hace gestos frotándose las manos y oliéndolas tres veces, mientras va indicando en cocama lo que parecen ser instrucciones para nosotros. Cambia entonces al español y nos dice que nos ofrecerá un aceite que pondrá en nuestras manos. Deberemos frotarlas y olerlas luego tres veces. Después de la operación, donde percibí un suave aroma florar, nos pregunta si tenemos dolor de cabeza. Yo no sentí nada. Explica que debe doler la cabeza y ese es el propósito del aceite. Hasta que no nos duela la cabeza no podemos iniciar la clase. El dolor de cabeza indica que se han abierto los oídos espirituales, sin lo cual no se podrá aprender ni aprovechar mayor cosa, solo aprenderemos lo material. Sigo sin sentir nada particular. Algunas de las mujeres dicen sentir mareos e incluso alguna afirma tener dolor de cabeza. Yo niego y él busca otra botella más pequeña. Menciona algo de impureza de espíritu y nos da a los asintomáticos otro aceite para repetir el proceso. No percibo aroma fuerte. Repite la pregunta. La profesora dice sentirse mareada y creo que responde por presión, tal vez para quedar bien y ceder. Yo sigo sin sentir nada y lo digo. Nueva botella, otro aceite, misma operación, igual resultado. Río pero con preocupación porque sí me tomo en serio el ejercicio. El profesor busca una botella aún más diminuta. Esta vez me hace una cruz en la frente, me marca una equis sobre el pulgar en cada mano y me indica oler nuevamente. Digo con sinceridad que no siento nada aún y el profesor se rinde. Aparentemente no aprovecharé sus enseñanzas. No me desanimo, al contrario me propongo dedicarme para empaparme de conocimiento, incluso con mis oídos espirituales cerrados.

shape

Para iniciar con la lengua, el profesor nos explica la palabra ‘ticuna’, que proviene del cocama: nariz pintada de negro, origen y traducción que ignoran los ticunas. Luego explica el significado de ‘cocama’, escrito y pronunciado en dialecto (kukamie). Indica que esta última información está reservada para los miembros de su pueblo y que no puede ser revelada. Él, por su rango y autoridad, puede decírnosla pero nos pide no difundirla, solo con aquellos a quienes enseñemos cocama, pues ahora somos guardianes de la lengua. Nos pide decir a los estudiosos blancos lo mismo que los cocama dicen, que el significado es “amantes de la agricultura” para confundirlos y proteger la lengua. Dice que los cocama son alquimistas, estudiosos de las estrellas y que sus conocimientos, incluso la escritura, son sagrados. Tienen una biblioteca espiritual a la ue solo se puede acceder con ayawaksa, bebida en medio de sus reuniones sagradas y de carácter espiritual. En mi interior los asocio a otros pueblos que son mistéricos y cuyos conocimientos están limitados a los iniciados. (En algún punto empiezo a sentir un dolor en las sienes y me alegro).

shape