Un Espacio para Resistir y Aprender
Cuando la ruidosa, congestionada, ocupada, monótona y estresante vida en la ciudad llega a niveles altos, el cuerpo lo nota y pide un cambio de entorno para volver a conectar consigo mismo, con la mente, con el cuerpo y con todo lo que lo rodea. Es ahí donde aparece la opción de viajar y reconocer un espacio natural como el lugar idóneo para lograr esa finalidad de reencuentro.
La experiencia del campamento es ese escenario en donde se logra, además de alejarnos de las distracciones materiales de la vida cotidiana, poner a prueba nuestra capacidad de adaptación en un entorno natural que determinaba los recursos y la manera en la que viviríamos durante ese lapso de tiempo. En ese sentido, desacomodarse para adaptarse es aquella capacidad de salir de la zona de confort para aceptar una realidad en la que no se tiene todo o no se cuenta con recursos desmedidos para la supervivencia.
Por lo anterior, la experiencia del campamento es un reto que no es fácil de aceptar y mucho menos de superar, sin embargo, 28 jóvenes de la promoción 2023 vivenciaron y demostraron sus capacidades en medio de situaciones tales como acampar en un lugar lejos de casa, de las comodidades, de la comida hecha por cercanos, de la cama bien tendida y esperando por ellos en horas de la noche, de los aparatos tecnológicos y la contaminación auditiva. Y aunque, como la gran mayoría de eventualidades de la vida, al inicio fue complicado llegar a asimilar que se debía armar un espacio donde se pudiera intentar dormir lo más plácidamente posible, además de cocinar lo justo y ahorrando la comida previendo cualquier inconveniente, poco a poco se fueron adaptando a la nueva rutina de despertar y organizar el espacio de sueño antes de la salida del sol, realizar ejercicio físico buscando activar y cuidar su propio cuerpo y preparándolo para las actividades del día, buscar leña y hacer fuego para poder desayunar, entre otras cosas que fueron volviéndose normales.
En el último día del campamento, aunque ya se demostraba cansancio físico y mental, también se denotó que había un cambio de perspectiva gracias a la otra realidad que la experiencia les había mostrado. En definitiva, el campamento espacio propicio para la formación integral porque transforma perspectivas, formas pensar y genera cambios actitudinales en orden a buscar por medio del esfuerzo y la perseverancia antes las adversidades, ser cada vez mejores seres humanos.