El barrio Ciudad de Bicentenario es un territorio pensado para acoger diferentes realidades de la ciudad, entre ellas, personas en situación de desplazamiento, víctimas de la violencia, migrantes, comunidades indígenas, población afrodescendiente, damnificados por desastres naturales, entre otros. Tal panorama conduce a pensar que el mismo entorno de la I. E. Jorge García Usta es, naturalmente, un entorno propicio para desarrollar Proyectos Levadura. La misión de la escuela radica en brindarle educación gratuita a niños, niñas y jóvenes que habitan este barrio, y ello permite que su formación impacte directamente las familias, las calles y las decisiones que se tomen para el mejoramiento de la calidad de vida.
Por ello, desde el Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) de la institución, y con los estudiantes del Centro de Proyección Social (CPS) Ecoguardianes, se desarrolla una estrategia de pedagogía comunitaria que pretende concientizar a la ciudadanía en torno a la responsabilidad que todos tenemos frente al cuidado del medio ambiente, más específicamente, el manejo de los residuos sólidos, de modo que se reduzca la contaminación en el barrio. Con esto, queremos que los estudiantes de grado noveno y décimo se comprometan con su habitat a través de la formación ambiental, y que ello genere el compromiso para las familias, asociaciones, fundaciones, etc. por la construcción de entorno compartido del que gozan niños, niñas y adolescentes.
Este Proyecto Levadura inició con la formación de los Ecoguardiantes, agentes de transformación y principales pedagogos de su propia comunidad. Se les formó en el uso debido de los residuos sólidos, así como su correcta separación; además, se mostró cuál es el depósito final de los residuos que no se consiguen reutilizar, con las afectaciones propias para la salud pública. Finalmente, se abordó el tema del ahorro del agua y de la energía, haciendo especial énfasis en las consecuencias de su desperdicio. Dado que se trata de una experiencia en conjunto con la comunidad del barrio, en estas formaciones fueron impartidas por diferentes entidades del entorno, a saber, asociaciones de recicladores, EPA Cartagena, Pacaribe (empresa que presta el servicio público de aseo), Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), y la Fundación Santo Domingo.
Una vez se tuvo clara la información que se debía empezar a compartir, los Ecoguardianes procedieron con la realización de encuestas para reconocer el nivel de apropiación de las familias en temas de reciclaje. Se preguntó si las personas de la comunidad conocían el significado de Reciclar; si sabían la importancia de la separación de los residuos sólidos; si tenían el hábito de reciclar. Realizando estas preguntas a aproximadamente 100 familias, la tendencia arrojaba solo el 20% de la población encuestada conoce esta información. Por lo que el siguiente paso fue la socialización a los pobladores del barrio de las oportunidades y mejoras que se pueden realizar a través del reciclaje para el cuidado del medio ambiente. Esta
acción les permite a los integrantes del centro de proyección social realizar seguimiento a las buenas prácticas de reciclaje en el barrio.
Tal ejercicio motivó el interés de las asociaciones y fundaciones del barrio para suplir de los materiales que facilitarían la separación de residuos, tanto dentro de la institución como en otros ambientes. Adicional, los Ecoguardianes, quienes habitan el barrio Ciudad de Bicentenario, se organizaron fuera del horario escolar para realizar jornadas de limpieza de los sectores del barrio, lo que se traduce en el disfrute de espacios de recreación para los demás niños, niñas y adolescentes.
Desde el área de Ciencias Naturales, y el departamento de Trabajo Social se continúa apoyando a estas iniciativas, y se ha planteado el siguiente momento que incluye continuar activando alianzas con entidades que promueven el reciclaje en el sector. Un ejemplo de ellas sería la Fundación Botellas de Amor, en la que se activaría la participación de todos los estudiantes de la Institución para recolectar los llamados ladrillos ecológicos, que ayuda a la reducción de desechos de plástico por parte de la población. Adicionalmente, sería de gran ayuda para los entornos de recreación de nuestra institución.
En coherencia con el espíritu del Proyecto Levadura, se pretende que la misma acción educadora de nuestra escuela se traduzca en una formación permanente para su entorno. Desde los liderazgos juveniles de los estudiantes se refleje un compromiso por los ambientes sanos de la institución y la convicción por el cuidado de las infancias que habitan el espacio público.